Título de La Nación - 01/09/2024 03:12:13

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“Soy una gozadora”. Claudia Sánchez: el día que conoció a Delon, su pasión por los “fierros” y el marajá que le declaró su amorPor Gabriela Grosso

Abre la puerta de su departamento blanco con una sonrisa pícara, dispuesta a posar para la producción de fotos y hablar de su vida de película. Como un mago, saca de la galera historias increíbles, anécdotas y secretos de sus viajes por el mundo en sus años de modelo publicitaria, cuando de la mano del publicista y empresario Alberto “Nono” Pugliese –su pareja y socio creativo durante casi treinta años– vendió glamour y sofisticación (juntos eran una suerte de versión argentina de Jane Birkin y Serge Gainsbourg). Ya sin los dientes separados que fueron su marca registrada, Claudia Sánchez hipnotiza con esos ojos azul turquesa como piedras preciosas, mientras recuerda, repasa y se emociona. Fue la primera supermodelo argentina cuando ese concepto no existía (y la primera influencer), revolucionó la publicidad de los sesenta y setenta y se convirtió en la favorita de las marcas, los fotógrafos y el público. Chocolates, bebidas, autos, cremas, cigarrillos, ella brillaba por televisión y las mujeres soñaban con ser Claudia Sánchez: pedían su corte de pelo en las peluquerías, querían tener sus carteras y su ropa, incluso algunas empezaron a fumar para parecerse a ese ícono que seducía desde el aviso publicitario. Inspiró una clásica revista femenina que llevó su nombre, siempre fue su propia manager, trabajó en cine, tuvo dos maridos –Armando Sánchez, el padre de su hija Candela, casados por Civil y por Iglesia; Nono Pugliese, el padre de su hijo Francisco, sin papeles–, amantes, una propuesta de matrimonio del marajá de Baroda, que la vio en el ascensor del hotel Dorchester de Londres, anduvo por Buenos Aires en un Rolls-Royce, corrió rallies (tiene planes para participar en otro en septiembre), habitó una casa que había pertenecido a Victoria Ocampo, dejó todo y se fue a vivir al campo. “He vivido muchas vidas en una”, dirá ella durante la entrevista. Y es estrictamente cierto. Abuela de tres nietos, Franqui, de Francisco, y los mellizos Aurora y Pedro, de Candela, Claudia –dueña de un gran sentido del humor, culta, lectora voraz, amante del arte y portadora de una belleza natural a contramano de los tiempos– habló con ¡HOLA! Argentina sin nostalgia sobre ese pasado de esplendor, el amor, la soledad y sus miedos.

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